Mi nombre es Silvia Barquero y si me tuviera que describir con alguna etiqueta diría que soy activista por los derechos de los animales. Desde que tengo uso de razón siempre me han preocupado las consecuencias de mis actos, he tratado de ayudar a los demás, pero sobre todo, me han indignado las injusticias, especialmente las que se cometen contra los animales.
Comencé a reflexionar seriamente sobre lo que les hacíamos a los animales desde niña. En aquella época no existían ni internet ni las redes sociales. Recuerdo que mi madre cosía mientras veía en la tele corridas de toros en blanco y negro, y yo le preguntaba por qué hacían eso al animal. En la cabeza de esa niña no era concebible tal horror.
Más tarde, alguien compartió conmigo un folleto que me hizo pensar en por qué me comía a los animales. Poco a poco, fui abandonando el consumo de carne y cuando gané mi primer sueldo, en 1998, lo dediqué a una organización en favor de los animales y el medio ambiente. Al mismo tiempo empecé a colaborar activamente en campañas de sensibilización. Y en 2003 di el paso al veganismo y me dediqué de lleno al activismo que desde entonces ha sido lo que ha dado sentido a mi vida. No se me ocurre mejor manera de emplear mi tiempo y mis esfuerzos que tratando de poner freno a las injusticias que se cometen contra los animales.
El motor que me ha movido desde entonces ha sido concienciar para que cada día más personas sean conscientes de la terrible situación que padecen los animales y aunar esfuerzos para construir una corriente social imparable que influya en las instituciones para hacer realidad ese sueño, el de un mundo donde los animales vivan en paz, se respete el planeta donde habitamos, procurar una alimentación vegetal que sea buena para nuestra salud y respetuosa con los demás animales.
A lo largo de los años he trabajado intensamente en diversas organizaciones, en cada una de ellas he aportado lo mejor de mí misma, y me he visto apoyada por una impresionante cantidad de gente a la que me siento agradecida por haber contribuido a impulsar los cambios que los animales necesitan.
Durante todo este tiempo siempre he tenido una emoción como bandera, la empatía que siento hacia los desfavorecidos. Creo profundamente que la empatía es la solución a los problemas de este mundo. Ponerse en el lugar de los demás y tratar de entender su situación desde su perspectiva y ayudarles siempre que estén sufriendo.
Ahora más que nunca es fundamental una organización que lleve como bandera la empatía, que esté allí donde los animales nos necesitan:
- Haciendo frente a las tropelías que se comenten contra los animales en festejos populares.
- Plantando cara a los cazadores que se adueñan del monte y acribillan a balazos a millones de animales.
- Denunciando el maltrato sistemático al que somete a los animales la industria ganadera.
Para ello será necesario aunar esfuerzos, poner toda nuestra energía positiva al servicio de los animales y recorrer este camino juntos, como lo hemos hecho siempre, celebrando los éxitos y analizando que cada paso que demos nos lleva en la dirección correcta. En resumen: poniendo corazón y cabeza al servicio de los Sin Voz.
Acabamos de empezar esta aventura, cuento contigo para escribir los emocionantes capítulos del futuro para los animales en este país.
Hazte socio y forma parte de este equipo de personas comprometidas, apasionadas y determinadas. Compartiré contigo los avances en nuestra labor, las nuevas iniciativas que emprendamos o las cosas interesantes que nos van pasando por el camino.